Apicultura, actividad 100% sustentable
De todas las actividades en el planeta la más vinculada a nuestra supervivencia es la que realizan las abejas. En su afán por obtener el nectar de las flores contribuyen con el muy necesario proceso de polinización. Esto es, cada vez que una abeja se posa sobre una flor para extraer el néctar que la alimenta, inadvertidamente transporta en su cuerpo el polen que habrá de fecundar a la siguiente flor sobre la cual se pose. Con ello, se logra el desarrollo de los frutos que son la base de la subsistencia de muchas especies de plantas frutales y el principio de una enorme cadena alimenticia sin la cual sería imposible la vida en la tierra. En pocas palabras, son las abejas, esas incansables obreras en quienes dependemos para subsistir como especie. El día que las abejas se vayan, tambien se irán las plantas y los humanos.
A través de milenios los hombres han aprendido a cuidar y aprovechar el beneficio de las abejas. Su dulce miel es uno de los productos favoritos de la humanidad y su consumo se ha extendido a lo largo y ancho del planeta. ¿Cuántas recetas deliciosas no incluyen una cantidad de miel para darle un exquisito sabor a la elaboración de dulces y repostería? Todos tenemos por lo menos un alimento favorito que incluye miel de abeja. Asimismo, además del dulzor, la miel de abeja es poseedora de una gran cantidad de propiedades benéficas para la salud.
Las mieles, por supuesto, son distintas en sabor, color y textura, dado que sus características naturales dependen del tipo de floración de la cual, la abeja extrae el néctar, y de la especie de abeja que la fábrica, que en esta región son básicamente la Melipona beecheii (sin aguijón) y la Apis mellifera, aunque se tienen 16 especies nativas de abejas en esta región.
Ante la evidente importancia de las abejas como agentes polinizadores, la FAO (Food and Agriculture Organization) de las Naciones Unidas reporta que existen registros de más de 20,000 especies de abejas, entre las cuales sobresalen 3,500 como responsables de aumentar los rendimientos agrícolas.
Aunque en el mundo sobresale la Apis melífera o abeja europea, existen en México y Guatemala una gran variedad de abejas nativas, conocidas como abejas mayas (xumman kaab y ko ólel kaab), cuyas colmenas se encuentran en regiones intertropicales de la península de Yucatán, en los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo que es una inmensa planicie caliza de 140,000 km2 donde predominan las selvas bajas caducifolias, con enredaderas, bejucos, plantas trepadoras, barbascos (makal kuch, xtabentun); árboles y arbustos y diversas floraciones como la sak katsim (Mimosa bahamensis) y sak piksoy (Trema micrantha).
Existe constancia de la labor apícola desde los tiempos del Imperio Maya inscritos en documentos históricos como el Chilam Balam y el Popol Vuh.
Asimismo, uno de los aspectos más interesantes, es que para los mayas, las abejas y la gente no solo comparten un territorio que puede ser el monte o los campos donde se produce la miel, sino también el territorio doméstico o urbano llamado alak. Para los sacerdotes mayas, no hay duda de que el destino de los hombres y las abejas está unido y por ello llaman a las abejas “gente”. Esta dualidad o paralelismo es quizá lo que une a los hombres con el futuro de las abejas y por ello los apicultores mayas demostraron que las abejas son las reinas del universo, ganando recientemente la batalla contra los cultivos transgénicos en Yucatán.
Finalmente, queremos invitarte a que conozcas más sobre la producción de miel en la región que en 2019 tuvo una producción de 11,509 toneladas y que por su inigualables sabor y calidad es uno de los principales productos de exportación a países como Alemania, Francia, Países Bajos y Estados Unidos. La apicultura en la Península de Yucatán, aún y cuando es una gran industria requiere de nuestro reconocimiento y constante cuidado no solamente por su dulce producción sino por la relevancia que tiene en la polinización de tantas frutas y hortalizas que son parte de nuestra alimentación diaria y que contribuyen a la salud y bienestar del mundo en general. ¿Acaso hay actividad más sustentable que la apicultura? Piénsalo.